COMBATIR ORGANIZADAMENTE EL FASCISMO
Versión en PDF: -Combatir Organizadamente al Fascismo
(primera parte)
El racismo, en todas sus variantes, entre ellas la xenofobia
entendida esta no tan solo como “miedo en el extranjero”, sino
como “miedo al otro” y en una sociedad dividida en clases, “el otro”,
al que se le tiene miedo no es una persona o un grupo de personas,
es el conjunto de una clase social que supone una amenaza contra
los intereses de la clase dominante y sus acólitos; es el miedo al
proletariado que a pesar del debilitamiento organizativo actual y la
fragmentación del proceso productivo, se lo considera
extremadamente peligroso.
Proletariado fragmentado, debilitado, multi-étnico, en parte ilegal,
en el seno del cual conviven los asalariados que Lenin denominó en
su momento “lugartenientes del capital”, con unos contratos más o
menos asegurados, unos salarios más o menos concordantes a las
expectativas de consumo o unos lugares en las esferas de la
administración pública en forma de funcionariado. A su lado
multitud de jóvenes sin ingresos, familias viviendo de subsidios y
ancianos pensionistas con ingresos inferiores al salario mínimo.
El capital, la denominada burguesía o más sencillamente el
empresariado, de forma abierta o velada atizan el fuego del miedo
para profundizar más la brecha que separa estos dos mundos
proletarios. Saben bien que con el enfrentamiento interno de la
clase obrera se fortalece el dominio del capital y para lo cual
requiere técnicas variadas puesto que a medida que se debilita o
pierde credibilidad una de sus actuaciones, inmediatamente tiene a
punto otra para sustituirla.
Estos intentos de confrontación son parecidos en todos los países de
nuestro entorno: trabajadores sindicados versus no sindicados;
funcionarios versus no funcionarios; contratados fijos versus
contratados eventuales; escalas salariales diferenciadas para una
misma tarea; salarios masculinos versus salarios femeninos; salario
de prácticas versus salario de convenio colectivo,
… De todos modos, si bien durante unos ciertos periodos
temporales se mantienen estas diferencias, también en el tiempo
tienden a reducirse e incluso combatirse, acercando las condiciones
laborales de los dos colectivos con el consiguiente peligro para los
intereses del capital, por ejemplo cuando aparecen reivindicaciones
que exigen unificar las condiciones del conjunto de los trabajadores
como pasar los contratos temporales a fijos o igualar el salario
masculino y femenino.
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El capital, durante el último medio siglo ha fomentado los procesos
migratorios incorporando en el seno del proletariado de cada país
un mosaico étnico lo más diversificado posible y relegándolo a las
tareas que se iban considerando poco gratificantes por parte de los
ciudadanos de pleno derecho político. Es decir, a medida que se han
ido atenuando las diferencias existentes entre los trabajadores con
los mismos derechos políticos, se ha alentado crear una brecha de
estos con los llamados inmigrantes.
En el caso de Catalunya, en una primera etapa, después del triumfo
del fascismo a partir de 1939, se alentó una inmigración que
cumplía dos exigencias: una la españolización de Catalunya y otra la
exigencia de la burguesía catalana de disponer de una mano de
obra foránea, dócil, de origen campesino que se enfrentara al
proletariado autóctono y que de esta competencia surgiera como
resultando un coste a la baja del precio de la fuerza de trabajo.
El paso de los años, las organizaciones sociales, vecinales,
sindicales, políticas,… fueron desdibujando este precipicio entre dos
sectores del proletariado catalán. Tal vez para poner un ejemplo
gráfico, en el Congreso de Cultura Catalana celebrado en 1976 en el
Parque de las Aigües de Barcelona tuvo como presencia destacada y
actividad solidaria central los trabajadores de LAFORSA de Cornellà
que estaban realizando una huelga histórica que llegó a afectar toda
la comarca del Baix Llobregat. Casi la totalidad de ellos formaban
parte de esta inmigración a la que aludía anteriormente.
(contrariamente con esta manera de actuar fue la diferencia en
2013 cuando se organizó la Vía Catalana donde no se tuvo en
cuenta que esta pasara por la carretera de Mollet a Sabadell ante
PANRICO, donde sus trabajadores hacía seis meses que estaban en
huelga, seguramente porque el director general de PANRICO era el
hermano de Artur Mas.)
Cada vez era más difícil mantener una brecha en el seno del
proletariado catalán por motivo de su origen, que si bien se
mantenían unas diferencias, estas estaban basadas en el “grado” de
calificación profesional o nivel de estudios. Gritos de alarma del
capitalismo catalán (y español): Hay un descenso de los beneficios
derivado de la ruptura o fracaso de las estrategias de posguerra y
debido a la unidad de acción contra la dictadura.
A partir de los años 80 se inicia una nueva estrategia derivada de
tres factores: un descenso de la tasa de natalidad, una aceleración
de la demanda y unos salarios a la alza debido a la disminución del
ejército de reserva de mano de obra.
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Se abrió así una puerta a la inmigración foránea principalmente
proveniente del Magreb, continuada con la latinoamericana y
posteriormente desde el este de Europa después de la desaparición
del bloque socialista.
Paralelamente un llamamiento, organización y traslado ilegal de
personas desde la África subsahariana enmascarado tras un doble
discurso coherente con la doble moral intrínseca del capitalismo
puesto que mientras se ponían, y ponen, obstáculos a la llamada
inmigración ilegal, se alienta el hecho que esta continúe: cuantas
más dificultados tengan para llegar a nuestro país, menos exigentes
serán para reclamar derechos.
Nutriendo de mano de obra a sectores en alza como la construcción,
la hostelería, la prostitución, el tráfico de drogas,… la agricultura
intensiva, a medida que iba envejeciendo el campesinado y sus
hijos no querían continuar trabajando la tierra, sectores que
precisaban de mano de obra sub-empleada puesto que no estaban
dispuestos a pagar un salario equivalente al de los asalariados
autóctonos.
Mientras duró la etapa del desmesurado crecimiento inmobiliario,
tanto con los gobiernos del PSOE, como del PP el beneficio era tan
enorme que permitía el robo a manos llenas en todos los ámbitos
políticos ya fueran directamente del Estado o de los gobiernos
autonómicos, municipales o diputaciones, y todavía quedaba algo
para repartir entre la población en forma de contratos por parte de
la administración, becas, asistencia social, etc. Pero a medida que
se iba acercando el final de esta etapa de crecimiento inmobiliario y
básicamente después de su estallido, el capital español (y catalán)
derivó las ganancias obtenidas legal o ilegalmente hacia paraísos
fiscales, en compra de deuda pública y en la creación de SICAVS,
con el consiguiente descenso de los ingresos impositivos del Estado.
Para hacer frente a este disparate empezaron los famosos recortes.
Paralelamente se intensificó el control de inmigrantes sin calificación
profesional mientras se alentaba la inmigración de personas
cualificadas (la selección de permisos de refugiado), con
retribuciones muy por debajo de las percibidas por los profesionales
autóctonos y con esto una confrontación para la pequeña y media
burguesía con la cual competían.
La alianza tradicional entre el gran capital y la pequeña y media
burguesía empezó a agrietarse, dado que veía que las
oportunidades de promoción social de sus descendentes eran cada
vez menores y se inició el reclamo al gran capital cómo si se tratara
de una negociación colectiva de trabajo. En este tira y afloja se iba
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diluyendo lo que durante años fue el solapamiento de las dotaciones
económicas con los contubernios políticos que a nivel concreto era
el apoyo parlamentario de la mayoría política catalana al partido
gobernante en España y en contrapartida el apoyo del Gobierno
español al gobierno de la burguesía catalana.
“Peix al cove” (Pescado al zurrón) fue la frase característica del
denominado “pujolismo” que englobaba esta simbiosis.
Entretanto el proletariado catalán, el viejo y el nuevo, junto a los
hijos e hijas de esta pequeña y media burguesía quedaban al
margen de este proceso negociador y con esto un incremento de su
desconcierto y descontento.
Jóvenes con cada vez mayores calificaciones universitarias se vieron
abocados a unos contratos de prácticas infra-remunerados. Las
expectativas por lo pronto, de incorporación a la nómina del
funcionariado también quedaban al aire debido a la política
económica de recorte del gasto público, sin desconocer el
significativo camino que suponía entrar en una Caja o Banco, los
cuales estaban en un profundo proceso de reestructuración y
disminución de ocupación. Por otra parte jóvenes sin calificaciones
universitarias acudiendo a múltiples módulos de formación
profesional para poder salir a la búsqueda de puestos de trabajo
inexistentes.
Personas consideradas no aptas para el trabajo debido a su “edad”
(+/- 45 años) con responsabilidades familiares, alquileres a la alza,
hipotecas kafkianas, hijos/as adolescentes sin oportunidad de
generar ingresos propios,…
Mientras portavoces de los diferentes colores del capital anunciaban
a bombo y platillo que habían descubierto la sopa de ajo, al mismo
tiempo eran señalados por una parte muy importante de la
población como los responsables de esta debacle.
Todos pregonaban distintas causas y soluciones, unos que si la
culpa era del gobierno anterior, otros que el culpable era el capital
especulativo, otros que la responsabilidad era de la crisis global a
escala europea y mundial, otros que los culpables eran los países
que controlaban los recursos naturales, otros que había que aplicar
soluciones keynesianas, otros que se tenían que privatizar los
servicios públicos, otros que la productividad era baja, otros que las
exigencias salariales eran excesivas, otros que los impuestos sobre
los beneficios eran demasiado elevados y que las cotizaciones a la
Seguridad social eran «insoportables», otros que se tenían que
aumentar las ayudas caritativas para los parados. otros…..
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Y se produce una bifurcación fundamental para entender los hechos
políticos posteriores. Por un lado, el nuevo proletariado con
calificación profesional o académica y la pequeña y mediana
burguesía ven en la reivindicación independentista una salida para
sus aspiraciones sociales como parte de la estructura de un nuevo
Estado, y la transmisión a sus hijos, que viven de las transferencias
intergeneracionales, de las mismas aspiraciones.
Por otro lado, el viejo proletariado, con una parte importante en el
paro al igual que sus hijos sin calificaciones académicas y con una
pérdida de la autoridad paterna en el seno del núcleo familiar
debido a que no pueden satisfacer los modelos de consumo como
consecuencia de la caída de los ingresos, no ven un futuro
inmediato que pueda cambiar su situación. Buscan, debido al
miedo, una oferta de seguridad equivalente a un aumento de la
autoridad del Estado que por otro lado compensa la perdida en el
ámbito familiar. Y, ven en la reivindicación independentista, no una
posibilidad de resarcimiento social, sino todo lo contrario, una
posible marginación, al mismo tiempo que ven el inmigrante
extranjero no como un miembro más de su clase social, sino un
competidor o un enemigo a batir en la carrera de obstáculos para
conseguir un puesto de trabajo o un rival con el cual disputar
subsidios, becas o adjudicación de viviendas sociales.
Se construye, aún sin ser consciente de ello, la base social del
fascismo.
Paralelamente lo que podríamos denominar “clase obrera
tradicional” en la industria o servicios, sindicada en una gran parte,
con contratos indefinidos, mira con escepticismo tanto la
reivindicación independentista como la situación de precariedad de
una parte numerosa del proletariado. Su única obsesión es
mantener su puesto de trabajo y un nivel de ingresos estables que
no se vean comprometidos por una toma de posición política a favor
del proceso independentista ni por una defensa radical por el
mejoramiento de las condiciones de existencia del otro sector del
proletariado: Lo que Lenin denominaba “los lugartenientes del
capital”.
Quizás hay que pensar en las reflexiones que realizaba I.
Wallerstein en 1995 a modo de profecía (“La disminución de los Estados,
la disminución de los derechos”. Respuesta de I. Wallerstein a Charles Til.ly en
International Laborand working-class nº 47, pág 24-27):
“En Europa y Norteamérica tendremos estructuras sociales en las
que la “clase obrera” estará compuesta desproporcionadamente por
trabajadores no blancos, probablemente fuera de las estructuras
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sindicales y con grandes posibilidades de no disponer de derechos
políticos y sociales básicos.
Al mismo tiempo, los hijos y nietos de los actuales trabajadores
sindicados formarán la nueva “clase media”, tal vez sindicalizados,
algunos muy bién situados, otros no tanto (por lo cual más
inclinados a comprometerse con los movimientosde extrema
derecha).
Habremos vuelto a la situación anterior a 1848, en la que, en los
focos tradicionales del Estado Liberal, los obreros estarán mal
pagados y fuera del ámbito de los derechos políticos y sociales. Los
trabajadores de occidente volverán a ser “clases peligrosas”, pero el
color de su piel habrá cambiado y la lucha de clases será una lucha
racial en la que las nuevas “clases medias” herederas de la antigua
clase obrera, se aliarán con el poder hegemónico. “
Pero desgraciadamente nadie de los que están recibiendo prebendas
de las estructuras del Estado (sindicatos, partidos, fundaciones,
asociaciones, etc.), ni de los que malviven de las rentas mínimas de
inserción, ni de los que reclaman mas democracia, ni de los
defensores del proceso soberanista, ponen ante todo la idea, el
concepto, la necesidad y en consecuencia la acción, de que
solamente acabando con el capitalismo, rompiendo su columna
vertebral se puede pensar en una posible solución.
No valen las medias tintas; que si socialismos del siglo XX o del
siglo XXI, que si movimientos de lo que llaman sociedad civil, que si
república, que si retoques al texto constitucional, que si
autodeterminación, que sí maratones de ayuda a tal o cual causa,…
Cierto que no son aplicables hoy algunas de las fórmulas de lucha
política de hace un siglo, pero se mantienen en vigor los métodos
de análisis y las estructuras de clases sobre las cuales se tendría
que realizar el análisis. Tampoco es aplicable hoy y aquí las diversas
fórmulas de la política de alianzas utilizadas por los comunistas en
otros tiempos y latitudes, pero sí que podemos extraer de ellas
lecciones para hoy y aquí. Una de estas lecciones es que las
alianzas con una parte de la burguesía o la oligarquía solamente
han sido beneficiosas para el proletariado cuando este ha dispuesto
de una mayoría y cierta dosis de hegemonía, en caso contrario
solamente han servido para destrozar la organización proletaria o
tal vez podríamos asegurar que cuando se ha dado esta alianza en
condiciones de inferioridad ha sido porque la organización proletaria
ya había hecho dejación de su labor y perspectiva revolucionaria.
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COMBATIR ORGANIZADAMENTE EL FASCISMO
(segunda parte)
Cuando una persona se siente parte de una comunidad humana por
nacimiento, descendencia, cultura educación o asimilación;
defiende, argumenta, reivindica esta pertenencia allá donde vaya.
Es del todo natural y comprensible y por ende defendible si se
olvida el concepto de clase y con ello la aceptación de pertenecer a
una clase social determinada. Determinada no por el lugar que
ocupa en el sistema capitalista de relaciones de producción, sino por
la percepción subjetiva de lo que se es o tiene, o por la perspectiva
futura de lo que se quiere ser o tener.
Hay en nuestro país –Catalunya-, coexiste, un conglomerado
humano ya sea llegado desde el país vecino –España-, o de más
allá, ya sea Europa, África, Asia o América y por lo tanto
deberíamos entender una lógica de comportamiento social ligada a
su origen, a su transmisión generacional y en otros casos a una
determinada toma de posición política, tradicional o religiosa a
menudo tiznada de aires reaccionarios (a diferencia de la década de
los años 70).
A menudo se oyen comentarios de que las personas foráneas tienen
buena acogida, que no se las discrimina, que se desea su
incorporación a nuestra sociedad, que aprendan, acepten y asimilen
nuestra manera de ser. Pero hay que tener en cuenta que
asimilación lleva consigo una pérdida identitaria y no es sencillo
olvidar los orígenes que como bien dice el poema “quién pierde los
orígenes, pierde la identidad”, y estos factores se deberían tener en
cuenta en el momento de analizar, calificar, enaltecer o
menospreciar las personas con independencia de los años que
lleven residiendo aquí.
Tal vez cabe una reflexión al respecto y es la siguiente: A las
personas foráneas no se les debería pedir la asimilación sino la
solidaridad, es decir que manteniendo su lengua, su cultura, sus
tradiciones, su historia,… se integran en otra sociedad –que no es
la suya-, y desde una lectura con contenido proletario poder
establecer vínculos mediante los cuales sintonicen con las
aspiraciones políticas, culturales, históricas y por ende
reivindicativas de los habitantes autóctonos de este lugar que es
Catalunya.
Si la mayoría de estas personas provienen del país vecino cuyos
gobernantes niegan y reniegan de la identidad catalana y rehúsan el
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calificativo de nación para Catalunya, no por ello las personas
inmigradas son portavoces de sus gobernantes, más bien al
contrario puesto que se han visto obligadas a abandonar su tierra,
amigos, familia, costumbres, lengua,… debido a la opresión que les
imprimían sus gobernantes.
Al lado de este colectivo llegó otro totalmente diferenciado: los
sicarios, entendidos éstos como los intencionalmente trasladados
en aras al control social (funcionarios, militares, etc.) simpatizantes
del gobierno español nacionalsindicalista para llenar espacios
concretos y realizar tareas de vigilancia y control.
Dicho esto, la generalización simplista de las proclamas del
nacionalismo burgués catalán de: España nos roba; España nos
explota, etc. no ayudan a comprender ni hacer comprender la
diversidad existente hoy en Catalunya ni ayuda tampoco a que esta
diversidad tome partido a favor del derecho a la autodeterminación.
¿Qué hacer? Cuando vemos que una mayoría de estos habitantes de
Catalunya de origen foráneo o de descendencia foránea se
arremolinan bajo las banderas de formaciones políticas españolas
de expresión ultranacionalista como por ejemplo Ciudadanos.
El eslógan, repetido y repetido por una parte de la llamada
izquierda de: “Catalán es todo aquel que vive y trabaja en
Catalunya” al parecer ha perdido su validez. Los hechos lo están
demostrando, No es suficiente hacer referencia a los elementos
denominados “objetivos” dejando de lado la subjetividad que
precisamente es el instrumento utilizado por las formaciones
políticas reaccionarias a través de todos los medios de comunicación
para influir en la deriva del enfrentamiento Catalunya-España y en
el cual esconden los elementos objetivos de la explotación de clase.
Fue esta izquierda, hoy desaparecida –el PSUC- que utilizó este
término con el fin de unificar en la acción al proletariado catalán
hasta el momento en que la toma de posición constitucionalista y
monárquica del PCE fragmentó la propia militancia del PSUC a partir
de una confrontación política e ideológica que se trasladó hacia una
fragmentación de la militancia entre catalanes de origen y
emigrantes de España a partir del V Congreso del PSUC a instancias
de las teorías abanderadas por la cúpula del PCE.
Planteamiento que se ha emulado en el seno del PSC-PSOE, cuando
en el PSC aparecían “derivas” catalanistas, que eran coaccionadas
por los llamados “guerristas”, quienes acostumbraban a estar
abanderados por Celestino Corbacho, ex-alcalde de l’Hospitalet y
ex-ministro de trabajo y que ahora está simpatizando con
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Ciudadanos.
Sin duda, una parte importante de la sociedad catalana exige poder
expresar su voluntad respecto a la autodeterminación. En este
sentido existe coincidencia entre un conglomerado humano de
diversas opiniones políticas y clases sociales, lo cual reafirma que
los elementos “subjetivos” tienen un peso importantísimo en las
grandes movilizaciones sociales.
No hay que olvidar que la apelación a la defensa de la nación, de la
“patria” ha sido una constante por lo que respecta a los
movimientos revolucionarios o de liberación nacional concretada en
un llamamiento a la unidad de diversas clases sociales para hacer
frente a un “enemigo común”. En contraposición los movimientos
ultranacionalistas suficientemente conocidos en Europa, o las
dictaduras militares se autoproclamaban como necesarias para la
“defensa de la patria” frente a enemigos internos o externos.
La masa obrera, mayoritaria en cualquier parte, está impregnada
de la ideología de la clase dominante ya que ésta es la que dispone
del control de los “aparatos ideológicos del Estado” (educación,
cultura, religión, medios de comunicación,…) y dichos aparatos
diseñan un todo que equipara Nación a Estado y califica el binomio
amigo-enemigo según la conveniencia del momento.
Durante etapas o ciclos de bonanza capitalista (generalmente
después de grandes masacres y destrucciones) en los cuales una
parte del excedente se reparte entre la población, ya sea en forma
de prestaciones sociales, salarios más o menos satisfactorios,
préstamos, una ilusoria estabilidad, una perspectiva de futuro para
los hijos,… y así penetra con fuerza la noción de Estado Benefactor
en el cual quién se enfrenta al Estado se le atribuye que se enfrenta
al bienestar colectivo.
¿Qué pasa cuando aparece una de las muchas crisis cíclicas del
capitalismo? Pasa que se rompen o peligran de romperse los
vínculos sociológicos con el Estado, y entonces aparece EL MIEDO, y
ante el miedo se reclama seguridad, se reclama represión, se
reclama sumisión. Es el inicio de la ofensiva denominada extrema
derecha.
¿En que consiste este miedo? Básicamente en la inseguridad, en la
falta de perspectivas para el futuro, en un retroceso respecto al
nivel de consumo anterior, una debilidad en cuanto a ser reconocido
socialmente con el peligro de la marginación, impotencia ante las
demandas de los hijos al mismo tiempo que éstos pierden la
consideración hacia sus padres, síndrome de orfandad y fruto de
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todo ello buscando la cobertura patriarcal del Estado, en un himno,
una bandera, un ejército, una selección deportiva, … en fin
cualquier cosa que sea equivalente a la fuerza, a la seguridad de
pertenecer a una colectividad humana por más deshumanizada que
ésta aparezca con la esperanza de encontrar un reconocimiento
social perdido o minusvalorado.
Patria, para los colectivos foráneos e inmigrantes, en su mayoría, es
aquello que dejaron atrás ellos mismos o sus padres con la promesa
de una vida mejor, si no en términos culturales y humanos, sí en
términos económicos.. Otros reivindicadores de este concepto de
Patria son los hijos de aquellos que su tarea no fue la
correspondiente a un emigrante normal, sino a la de un sicario o
colono enviado para realizar tareas de control y supervisión en
nombre de otra nación.
Sometidos al sistema de explotación capitalista, la inmensa mayoría
no acierta a tomar conciencia de su estado de sumisión, y durante
las etapas crecientes del ciclo expansivo del capital, subjetivamente
se sienten parte del mismo al cual rinden sumisión a cambio de una
cierta cantidad de ingresos que le permitían sintonizar con el
ilusorio mundo del consumo equiparando éste al concepto de
felicidad.
Esta identificación capital-nación-cultura-sumisión hace crecer lo
que podríamos denominar colonialismo, es decir, un colectivo de
colonos que geográficamente han establecido una colonia, definida
ésta como un conjunto de personas que procedentes de un
territorio, se establecen en otro (en el caso de Catalunya
fundamentalmente el eje Barcelona-Tarragona).
Sólo así podemos entender el auge y mayoría votante a Ciudadanos
precisamente en el llamado cinturón industrial de las grandes
conurbaciones de las Áreas Metropolitanas de Barcelona y
Tarragona, donde antaño las preferencias políticas abarcaban la
llamada izquierda (socialistas-comunistas). Evidentemente esta
reflexión está alejada de la que caracterizó el nazismo alemán y el
fascismo italiano, como respuesta del capital a la fuerza organizada
de las organizaciones obreras. Éstas no existen hoy.
Recientemente en Alemania, en las últimas elecciones en diferentes
Lands, ha sido en la ex RDA donde Alternativa por Alemania ha
recolectado mejores resultados electorales llegando a ser la
formación más votada (27%) en Sajonia y la segunda formación en
Turingia, el estado tradicionalmente de izquierdas y cuna de la
mejor tradición revolucionaria alemana desde medianos del siglo
XIX.
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Cómo entender el ocaso de los feudos tradicionales del movimiento
obrero italiano y del PCI en la década de los 70-80 que abarcaban
Lombardía, Piamonte, Emilia-Romagna, Lacio, Toscana, Liguria, y
ahora son feudo de la Liga Norte que se presentó en estas últimas
elecciones bajo el lema de: “Los italianos primero” cuando
precisamente ha desaparecido la formación comunista y el
sindicalismo italiano está bajo mínimos.
Después de estas notas introductorias es preciso realizar unas
reflexiones sobre el apelativo “fascista” ampliamente utilizado por la
autodenominada izquierda para designar tanto a pequeños grupos
reivindicativos del nazismo con sus símbolos, indumentaria,
agresividad,… como a quienes se presentan contrarios a la
reivindicación independentista catalana. Craso error.
Primeramente cabe recordar unas características tanto del nazismo
alemán como del fascismo italiano, la primera de ellas es su
configuración como movimiento de masas, la segunda su oposición
formal al orden existente, la tercera la denuncia de la corrupción y
del sistema pluripartidista, la cuarta la reivindicación nacional y la
necesidad de “espacio vital” que en el caso de Alemania fue la
consecuencia del tratado de Versalles y en el caso de Italia el
desencanto por no poder acceder al reparto colonial posterior a la
primera guerra mundial y la quinta la inserción en el discurso de
una equidistancia del capitalismo y del comunismo cuyo exponente
en España fue el “nacionalsindicalismo”.
¿Puede convertirse el movimiento electoral de Ciudadanos en un
movimiento fascista social organizado?. Vislumbrar esta posibilidad,
tanto en Catalunya como en España, no es una utopía. El discurso
fácil, bien articulado, simple, y tomando como eje de referencia los
resultados estadísticos del Centro de Investigaciones Sociológicas
nos pueden acercar a esta realidad.
Haciendo referencia a ello, el barómetro de Septiembre de 2018 es
preocupantemente esclarecedor del pulso socio-político en España
empezando por la pregunta sobre el grado de felicidad en una
escala de 0 a 10, los puestos 6,7 y 8 suman el 63%. Sobre el 40
aniversario de la Constitución ante la pregunta de la satisfacción
con la misma los ítems muy satisfecho, bastante satisfecho y
regular abarcan el 64,4% frente a un 19% de poco satisfechos y un
8% de nada satisfechos. Frente a la pregunta de si la forma en que
se llevó a cabo la transición a la democracia en España constituye
un motivo de orgullo , un 67,3% responden que si. Ante la pregunta
de si en el Parlamento se discuten los problemas que realmente
preocupan, la respuesta de un 75,9% es que se presta demasiada
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atención a problemas de poca importancia, y lo más curioso es que
ante las preguntas de si se consideran de derechas o de izquierdas
en una escala de 1 (izquierdas) a 10 (derechas), un 59,3% se
consideran lo que denominaríamos el abanico de centro-izquierda (1
a 5) y tan sólo un 22,9% de centro-derecha (6 a 10).
En encuestas anteriores del CIS, concretamente la dedicada a la
“clase social subjetiva” en una escala de 1 (la más baja) a 10 (la
más alta), un 65% se autositúa en los escalones 5 a 8, es decir se
considera clase media y tan sólo un escuálido 4% (escala 1 y 2) se
considera clase “baja”.
Todo esto nos puede acercar a comprender ciertas tomas de
posición política que serían incomprensibles si tan solo tuviéramos
en cuenta los “elementos objetivos” (el grado de proletarización, la
insuficiencia de ingresos, el trabajo precario, la inestabilidad laboral,
el déficit de vivienda asequible, el nivel de explotación y aumento
de la productividad, las deudas de las familias, el coste de las
hipotecas, …) que a menudo han sido la única base del análisis por
parte incluso de los autodenominados marxistas. Ya en su momento
(1933) Wilhelm Reich en su “Psicología de masas del fascismo”
alertó de las carencias del análisis de su partido –el comunistaprecisamente por no tener en cuenta estos factores subjetivos.
Una subjetiva clase media, miedosa de perder algo más que las
cadenas, con un futuro nebuloso, pérdida de su identidad y a la
búsqueda de un Estado fuerte que le de seguridad ante la
incertidumbre: es el cimiento sobre el cual el fascismo pretende
construir su edificio, a no ser que alguna o algunas formaciones
políticas, con claro contenido de clase anticapitalista, con un método
de análisis dialéctico, con una estructura militante organizada en
base al centralismo democrático, combativa, coherente y
comprometida, capaz de moverse “como el pez en el agua” en
medio de esta sociedad atemorizada, alejada de todo victimismo y
paternalismo, recuperando viejos saberes adaptándolos a la
situación actual, que huya de las consignas precocinadas, capaz de
poner en jaque a la burguesía catalana y española, que sepa
discernir entre enemigos y aliados tácticos y estratégicos, que
desenmascare el cosmopolitismo y del despotismo ilustrado que
tanto daña al internacionalismo proletario, que tenga una visión de
totalidad y que desentrañe con palabras y hechos la amenaza de un
posible futuro fascismo de masas.
Para ello es necesario y urgente una fuerte organización política
comunista en Catalunya.
josep Cónsola. Noviembre 2018
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ANEXOS
Con los cuadros anexos podemos realizar una observación en el
cambio de tendencia en el voto comparando los resultados de las
elecciones al Parlament de Catalunya del 2012 y del 2017. A través
de ellos podemos apreciar dos cambios importantes: uno dentro de
lo que podríamos denominar bloque “soberanista” de composición
de centro-derecha en el cual, debido a diversas circunstancias,
entre ellas el descrédito de Convergència debido a la larga lista de
corrupciones i a la pérdida de influencia del sector más conservador
personificado por Unió Democrática, la cual se fragmentó de la
coalición CIU. Seguramente una parte de la influencia de Unió se
trasvasó hacia Ciudadanos como podemos apreciar sobre todo en
Barcelona ciudad en la cual dicha formación resulta mayoritaria en
los distritos de la rancia burguesia barcelonina (Pedralbes, La
Maternitat, Les Tres Torres, Sant Gervasi Bonanova y Sant Gervasi
Galvany) cuando había sido un feudo de CIU que en 2017
solamente alcanzó mayoría en l’Eixample, Sant Antoni, Les Corts,
Sarriá, Putget i Salut.
Dentro de este bloque “soberanista” Esquerra Republicana con un
discurso algo más radical que su socio pescó en río revuelto y arañó
la tradicional mayoría de Convergencia en los distritos de la
pequeña y mediana burguesía barcelonina (Gràcia, Guinardó,
Sagrada Familia, Font d’en Fargues) y se impuso mayoritariamente
en los distritos tradicionales de reivindicación soberanista (Sants,
Sant Andreu, Poble Nou, Barceloneta, Poble Sec,…). Seguramente
anteriores votantes de la CUP optaron por Esquerra Republicana en
base al tradicional “voto útil”, lo cual debe llevar a la reflexión que
el respaldo electoral de la CUP en las anteriores elecciones no era
fruto de un trabajo cuidadosamente organizado de esta formación,
sino un respaldo electoral volátil a tenor de los resultados obtenidos
en 2017 respecto a 2012 puesto que su discurso y acción política si
bién intenta situarse a “la izquierda” del tándem ConvergenciaEsquerra, ha sido incapaz de acercarse a la mayoría del proletariado
de origen inmigrante.
El segundo cambio, más importante que el anterior, ha sido la
pérdida de la mayoría llamémosla “de izquierdas” representada por
el Partido Socialista y históricamente mayoritaria en los distritos
obreros y de gran concentración de población de origen inmigrante
(La Marina, Port, Besós, Verneda, Bon Pastor, Trinitat, Vallbona,
Ciutat Meridiana, Torre Baró Prosperitat, VerdúnCanyelles,
Guinaueta, Carmel, Teixonera), mayoría que ha obtenido
Ciudadanos. Algunos análisis afirman que es debido a la no
aceptación de las propuestas sobre autodeterminación de
Catalunya, pero este análisis tiene un punto débil y es que el
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Partido Socialista ha coincidido con el Partido Popular en lo
referente a la negación de cualquier reivindicación de carácter
soberanista, por lo cual el análisis correcto lo debemos buscar a
partir de las consideraciones realizadas respecto a los elementos
subjetivos que caracterizan la incipiente tendencia hacia una base
social del fascismo que en Barcelona Ciudad se concreta en la
peligrosa coincidencia que Ciudadanos obtenga la mayoria tanto en
los reductos de la gran burguesía como en los distritos proletarios.
elecciones 2012
elecciones 2017
PSC
CIU
junts x C
ERC
C,s
15
16
Estas tendencias apreciadas en Barcelona ciudad (y en la comarca
del Barcelonés que incluye los municipios de Sant Adrià de Besós,
Santa Coloma de Gramanet, Badalona i l’Hospitalet) las podemos
observar en el conjunto de la denominada Area Metropolitana y
mucho más allá en la gran Conurbación que abarca desde la
comarca del Maresme hasta el Baix Camp donde el soporte electoral
a Ciudadanos fué de 897.894 votos.
EL BAIX LLOBREGAT
A pesar de denominarse comarca, es de unas características
peculiares y diferenciadas entre la parte norte y noroeste de la
comarca (Martorell, Castellví, Sant Esteve, Abrera, Esparraguera,
Olesa, Collbató, Corbera, Cervelló, Sant Climent, Vallirana, Begues)
y los municipios del sur (Sant Andreu de la Barca, Sant Vicenç dels
Horts, Pallejá, Papiol, Molins de Rei, Sant Feliu, Esplugues, Sant
Joan Despí, Cornellá, Sant Boi, El Prat, Viladecans, Gavá,
Castelldefels).
Dichos municipios tienen una larga historia de luchas obreras, junto
a L’Hospitalet que si bién pertenece formalmente a la comarca del
Barcelonés, social y sociológicamente podemos situarlo en el Baix
Llobregat. En las elecciones de 2012 el Partido Socialista obtuvo una
mayoría holgada en los municipios de alta concentración industrial y
habitacional (El Prat, Esplugues, Cornellá, Sant Boi, Viladecans,
Sant Joan Despí, Sant Andreu de la Barca y Abrera). En 2017
Ciudadanos obtuvo la mayoria en los enclaves tradicionales del
movimiento obrero, el llamado “Cinturón Rojo” de Barcelona
arrebatando la preferencia electoral al Partido Socialista, pero
además también obtiene la mayoría en los municipios donde
Convergencia había dispuesto de holgadas mayorías si bién los
restos de Convergencia (junto a una parte de los votantes de la
CUP) hacen posible que Esquerra Republicana obtenga una mayoria
en los municipios de Collbató, Corbera, Cervelló, Papiol, Molins de
Rei, Torrelles, Sant Climent, Santa Coloma y Begues, municipios sin
excesicva concentración industrial y habitacional. Estos resultados
coinciden con los observados en Barcelona ciudad y con los que
veremos a continuación al analizar otras comarcas de Catalunya.
Ciudadanos obtuvo 156.114 soportes electorales, un 31,65% del
electorado.
17
BAIX
LLOBREGAT
BAIX
LLOBREGAT
elecciones 2012
elecciones 2017
CIU
ERC
PSC
C,s
ERC
junts x C
18
EL VALLÉS OCCIDENTAL
Comarca industrial y de fuerte implantación inmigrante, con núcleos
importantes de tradicional mayoría de izquierdas (entendidas éstas
como la suma del Partido Socialista y los residuos del lo que había
sido el PSUC reconvertido posteriormente en IC). Ya en 2012 en la
mayoría de municipios fue Convergencia la que alcanzó mayor
número de votantes más allá de los enclaves tradicionales de la
burguesía catalana (Matadepera y Sant Cugat que son municipios
con las rentas más altas de Catalunya). El Partido Socialista
mantenía la mayoría en las zonas de concentración industrial o
ciudad-dormitorio (Rubí, Ciutat Badía, Barberá, Polinyá, Ripollet,
Montxada i Reixac). Como se puede apreciar en 2017 la medianaalta burguesía catalana mantiene sus feudos de Matadepera y Sant
Cugat, en el resto, salvo tres pequeños municipios donde Esquerra
Republicana obtuvo mayoría, en las concentraciones industriales de
Rubí, Castellbisbal, Cendanyola, Ripollet, Montcada, Sabadell,
Polinyà, Barberá, Santa Perpetua,.. y la ciudad-dormitorio de Ciutat
Badía optaron por Ciudadanos con un resultado de 158.759 votos,
un 29,11%.
19
VALLÉS
OCCIDENTAL
VALLÉS
OCCIDENTAL
elecciones 2012
elecciones 2017
CIU
PSC
C,s
junts x C
ERC
20
EL VALLÉS ORIENTAL
Comarca en la cual la concentración industrial se ubica en la parte
sur de la comarca y el resto de la misma se compone de municipios
con una parte importante de actividad agrícola y otros de
residenciales de alto standing de una parte de la burguesía catalana
como l’Atmetlla o la Garriga. También aquí Ciudadanos se proclamó
primer recolector de votos con un total de 63.802 que representan
un 25,9%.
elecciones 2012
elecciones 2017
CIU
PSC
junts xC
ERC
C,s
VALLÉS
ORIENTAL
VALLÉS
ORIENTAL
21
EL MARESME
Comarca con un gran peso turístico, tradicional feudo de
Convergencia en el cual dicha formación mantiene la mayoría de
votantes por un escaso número de votos respecto a Ciudadanos
(24,92% de Convergencia frente a 24,48% de Ciudadanos) se da, al
igual que en Barcelona ciudad, la paradoja de la coincidencia de la
mayoría del soporte a Ciudadanos en los enclaves de las segundas
residencias de la burguesía catalana (Premiá de Dalt y de Mar,
Dosrius) y del núcleo de concentración industrial de Mataró.
MARESME
MARESME
elecciones 2012
elecciones 2017
CIU
junts X C ERC C,s
22
EL TARRAGONÉS
Comarca con fuerte implantación del sector servicios y segundas
residencias turísticas al mismo tiempo que la ubicación de zonas
industriales (petroquímica) y municipios agrícolas en el norte. El
Partido Socialista era tradicionalmente mayoritario en las
concentraciones habitacionales de Constantí, Canonja y Vespella. En
2017 Ciudadanos se alza con la mayoría de votantes tanto en las
zonas turísticas como las industriales alcanzando un 35,87% de los
votos, siendo el porcentaje mayor de toda Catalunya.
elecciones 2012
elecciones 2017
junts x C C,s ERC
CIU PP PSC
TARRAGONÉS
TARRAGONÉS
23
EL BAIX CAMP
Comarca que el sur de la misma coexisten las zonas industriales de
Reus y las centrales nucleares de Vandellós, con zonas turísticas de
Montroig y Cambrils. Al norte zona eminentemente agrícola.
Ciudadanos se alzó con la mayoría de votos, un 30,19% del total,
arrebatando lo que había sido una comarca en su totalidad con
mayoría de Convergencia.
elecciones 2012
elecciones 2017
CIU
junts x C
ERC
C,s
BAIX CAMP
BAIX CAMP
24
REGIÓN METROPOLITANA DE BARCELONA
Podemos apreciar en estos dos mapas los cambios de preferencia
electoral en la zona más poblada de Catalunya, cuyo desglose ya se
ha realizado en los mapas anteriores en la que hay una inflexión
desde la mayoría de Convergencia hacia una mayoría de
Ciudadanos.
elecciones 2012
elecciones 2017
CIU PSC
junts x C ERC Cs
25
LAS COMARCAS DE CATALUNYA ALEJADAS DE LA
CONURBACIÓN BARCELONA-TARRAGONA
En el resto de comarcas de Catalunya Convergencia obtuvo mayoría
a excepción de Alta Ribagorça, Ribera d’Ebre, Baix Ebre y Montsiá
que la mayoría la obtuvo Esquerra Republicana.
En cuanto al resto de comarcas, se da la circunstancia que si bien el
resultado final fue favorable al tándem Convergencia-Esquerra, en
los barrios de extracción obrera y de población mayormente de
origen inmigrante la mayoría de votos fueron para Ciudadanos.
Destacar que en la comarca de Bages, Manresa aunque la mayoría
optó por Convergencia, en los barrios que podríamos denominar
obreros los resultados fueron mayoritariamente para Ciudadanos
(Cal Gravat 25,68%; Font dels Capellans 28,83%; Xup 32,01%;
Balconada 33,61% y Sant Pau 38,55%.
En la comarca de l’Anoia, casi un empate técnico entre
Convergencia (24,73%) y Ciudadanos (24,56%), teniendo éstos
mayoría de votos en las poblaciones de más concentración de
habitantes de origen inmigrante: En Piera (27,94%); Masquefa
(29,46%); Sta. Margarida de Montbui (38,31%) y Vilanova del Camí
(38,81%)
En Lleida ciudad la formación más votada fue Ciudadanos con un
24,54%, resultado precisamente de las mayorías obtenidas en los
también barrios de extracción obrera y mayormente de población de
origen inmigrante (Magraners, La Bordeta, Pardinyes, Balàfia y La
Mariola).
En Girona ciudad, si bien Convergencia se alzó con la mayoría de
votos (36,85%) le sigue a continuación Ciudadanos, producto
asimismo de su mayoría en los barrios de Taialà (33,81%); Vila-roja
(47,50%) y Font de la Pólvora (52,13%).
En Vall d’Arán, donde Ciudadanos también obtuvo mayoría con un
33,4% de los votantes, situándose en el segundo mayor porcentaje
obtenido por esta formación en toda Catalunya (después de
Tarragona) a nivel comarcal.
26
CONSIDERACIONES FINALES
La deriva hacia este sustrato social de carácter conservador es
también el resultado de los casi tres decenios de hegemonía
burguesa en Catalunya de la mano de la nefasta coalición entre
Convergencia Democrática de Catalunya y Unió Democrática de
Catalunya (el llamado pujolismo) plagados de nepotismo y
corrupción al lado de una política de subvenciones clientelares a
diestro y siniestro y la cooptación de dirigentes vecinales y de
organizaciones sociales diversas. De aquellos polvos, estos lodos.
Una vez analizados los resultados electorales, pueden confirmarse
las reflexiones realizadas anteriormente añadiendo y reiterando la
necesidad imperiosa de poner en marcha dos tareas fundamentales:
Una, la recuperación de las organizaciones de la clase obrera que
puedan incidir en el conjunto de Catalunya para impedir o atenuar
la tendencia conservadora de una parte importantísima del
proletariado industrial y de servicios. Tendencia conservadora e
incluso reaccionaria ligada estrechamente a las actuaciones de las
dos centrales sindicales mayoritarias en Catalunya (CC.OO. y UGT)
cuya apuesta por las políticas de pactos sociales y aceptación de
que únicamente manteniendo los beneficios del capital, repercutirán
éstos en beneficio de la clase obrera, han ido construyendo, a lo
largo de los años, la base sustantiva proclive a la aceptación de los
discursos del nuevo fascismo.
Dos, la necesaria reflexión de la autodenominada izquierda
independentista sobre la base de establecer una estrategia para
romper el vínculo de los habitantes no autóctonos con el discurso de
Ciudadanos, y entendiendo que el soporte social para cualquier
proyecto de autodeterminación para Catalunya debe pasar por tener
el apoyo y la solidaridad de la mayoría del proletariado, en caso
contrario será una utopía pensar una futura soberanía de la mano
de la burguesía catalana cuyo objetivo no es otro que la
acumulación de capital al igual que sus homónimos españoles o
europeos.
Debe mantenerse viva y actual la proclama de 1848:
“Proletarios de todos los países. Unios”
Per consultar amb els gràfics corresponents enllaceu a;
COMBATIR ORGANIZADAMENTE EL FASCISMO (1-2) (2)