Pan, Circo y Paz Social (2 de 7)

LA ANNONA

Sin duda, el gran cambio histórico ético, político y económico que supuso el nacimiento del capitalismo mantiene la esencia de las sociedades clasistas nacidas en la antigüedad grecorromana, en las cuales por una parte, la metrópoli estaba dividida entre los gentilicios descendientes de las tribus originarias de Grecia y Roma, y los foráneos que insertos en la sociedad no disponían de los mismos derechos que los ciudadanos, los metecos-tetas griegos y los plebeyos romanos. Al otro lado de la valla estaban los pueblos dominados que, aun manteniendo sus estructuras gentilicias, estaban condenados a pagar tributo al imperio. De este tributo y de los saqueos de la guerra vivía el imperio, con sus estratificaciones, con sus diferencias en función de la parte del botín apropiada, pero el resto de los llamados ciudadanos griegos o romanos, si bien al principio del imperio vivían fundamentalmente de la tierra, al transcurrir el tiempo fueron dejando esta tarea a los prisioneros  de guerra, -comúnmente y demasiado a la ligera denominados esclavos-, y a los deudores que no habían podido satisfacer sus deudas. A medida que avanzaba en extensión el imperio, cada vez eran menos los ciudadanos libres dispuestos a trabajar la tierra, incluso dispuestos a trabajar, se habían acostumbrado a las fiestas, a disfrutar el botín de guerra, al ocio, y cuando la necesidad apremiaba o cuando sus necesidades fisiológicas o de ocio no quedaban cubiertas amenazaban con hacer tambalear la metrópoli.

La annona era una institución que se alimentaba del botín obtenido mediante el tributo que pagaban los súbditos de las provincias dominadas por las legiones imperiales y a cuyo amparo vivían ociosos una gran parte de los ciudadanos romanos. Instituciones similares a la annona que se encuentra establecida en Roma, y en Grecia los evergetes, aparecen en todos los estados imperiales de la prehistoria. Marx aludía a la manifestación de este fenómeno en la historia de Roma, cuando dice: los proletarios romanos se transformaron, no en trabajadores asalariados, sino en una chusma de desocupados más abyectos que los “pobres blancos” que hubo en el sur de los Estados Unidos” (Karl Marx: carta al director de Otiechestvennie Zapiski. 1877).

Asimismo la mayor parte del comercio giraba en torno a la annona imperial” (Rostovtzeff, Historia económica del imperio romano, I, pág. 126). Y a este respecto dice Salvioli: “Roma es como un vientre que no se llena nunca, que consume todo y que siempre está hambrienta, que empobrece a todas las villas y que no les deja nada, que cada vez queda en situación más miserable, siempre acosada por un hambre nueva” (Giuseppe Salvioli: Le capitalisme dans le monde antique, pág. 283).

El territorio sometido al dominio del imperio romano en el año 30 era de unos tres millones de kilómetros cuadrados, es decir cien veces más la zona sobre la que el senado gobernaba en la víspera de las guerras púnicas (cerca de dos millones de kilómetros en Europa, seiscientos mil en Asia y cuatrocientos mil en África).

Para mantener este dominio era necesario disponer de una población en la metrópoli que respaldara firmemente el imperio, que nutriera a las legiones, que apoyara a los gobernantes. Para obtener el favor del proletariado romano los líderes políticos estuvieron dispuestos en el último medio siglo de la república a pagar un precio elevado: a tal efecto César ofreció el año 59 a.n.e. pródigos regalos y un año más tarde, en el 58, la Ley Clodia cumplía esta promesa a costa de una quinta parte de las rentas del estado. Esta fue la primera lex frumentaria que distribuyó gratuitamente grano entre el pueblo. Al año siguiente, Pompeyo eliminó cualquier restricción impuesta a los beneficiarios.

Acudían a Roma multitudes para participar en las dádivas. Julio César excluyó de la lista de beneficiarios a quienes no pudiesen justificar su ciudadanía romana, así redujo de 300.000 a 150.000 el número de quienes podían recibir grano  gratuitamente. Después de la muerte de César aumentó en número de receptores de grano. A pesar de que se agotaban recursos y se minaban las energías morales, la distribución gratuita era una política fija del imperio” (Mauro Olmeda, La Antigüedad Grecorromana, en El Desarrollo de la Sociedad, pág 336, tomo 3).

J. Carcopino alude a una cantidad de 150.000 parados mantenidos por el Estado” (Juan Antonio Jiménez Sánchez: Poder imperial y espectáculos en occidente durante la antigüedad tardía. pág. 579)

Rostovtzeff (Historia Económica y Social, tomo I, pág. 311), plantea que en el curso de su investigación ha encontrado que muchas de las grandes fortunas acumuladas en Roma se formaron alrededor de los contratos de abastecimiento interior por cuenta de la annona: una minuciosa investigación de las fuentes demuestra que el consumidor principal era la annona imperial, y que los comerciantes, muchos de los cuales eran a la vez navieros y almacenistas, trabajaban en su mayoría para el emperador, esto es, para la población de Roma y para el ejército.

Al lado de la annona todo un entramado jurídico amparaba las decisiones imperiales. Según Paul Veyne el responsable que aplica las leyes, como hacen todos, finge que es necesario para el bien de aquellos a quienes obliga y quiere ser amado a cambio; en resumen, él interpreta a los buenos reyes.” . “... en los derechos modernos, la clemencia imperial ha adquirido forma de ley: circunstancias atenuantes, individualización de la pena, aplazamientos; cosas que el derecho romano ya conocía si bien la decisión del rey suplía algunas carencias de la ley”. (Paul Veyne. Le pain et le cirque. Pág. 574)

Da la impresión que las actitudes de los responsable de aplicar las leyes monárquicas españolas durante los procesos judiciales a nacionalistas catalanes así como los procesos a diferentes personas por su actividad política, son fruto de estos sueños imperiales a que hace referencia Veyne, y cuando se rumorea la posibilidad de conceder indultos, estos no son otra cosa que lo establecido en la Constitución española, la cual  concede al  Rey el derecho de gracia. (artículo 62: funciones del Rey) al igual que los soberanos romanos disponían del derecho a la clemencia.

El Rey a instancias del gobierno del PSOE (Felipe González) indultó en 1988 al ex general Alfonso Armada, golpista del 23-F.

En 1998 el Rey a instancias del gobierno del PP (Aznar) indultó a José Barrionuevo y Rafael Vera, políticos socialistas condenados por su participación en la organización terrorista GAL.

En 2011 el Rey a instancias del gobierno del PSOE ( Zapatero) indultó al banquero Alfredo Sáenz Abad, número dos del Banco Santander, a Miguel Ángel Calama ex director general de la Caja Rural de Ciudad  Real. Indultó al futbolista Paul Abasolo condenado por tres delitos de  abuso sexual.

En 2012 el Rey a instancias del gobierno del PP ( Rajoy) indultó por segunda vez a cuatro mossos condenados por torturas, conmutando las penas de prisión por multas. Indultó a 11 condenados de cuello blanco, todos ellos sujetos a penas de prisión. De los 11 indultados, seis -cuatro del PP y dos de CiU- fueron sentenciados por corrupción. Otros tres fueron condenados por vender permisos falsos a inmigrantes. Los otros cuatro beneficiarios fueron un ex alcalde y tres ex concejales del PP de Valle de Abdalajís (Málaga); José María Servitje (ex secretario general del Departament de Treball de la Generalitat) . Asimismo se indulta al cerebro de la red de fraude de IVA Miguel Escudero Arias-Dávila.

En el 2013 el Rey, a instancias del gobierno del PP, al parecer amante de los “deportes de riesgo”, indulta al conductor kamikace asesino Ramón Ríos Salgado condenado a 13 años de cárcel, dándose la paradoja que el abogado defensor Esteban Astarloa, (hermano del diputado del PP Ignacio Astarloa) trabajaba en el bufete de Uría & Menéndez, donde trabajaba el hijo de Ruiz Gallardón siendo éste Ministro de Justicia.

En el 2014, el Rey a instancias del gobierno indultó a un guardia civil que grabó una agresión sexual con su móvil. Indultó además a Ángel Carromero del PP condenado en Cuba por la muerte de dos personas, junto a él indultó a Juan Miguel Vives Cutillas, condenado a 18 años por tráfico de drogas.

Podríamos seguir, pero tan solo es para mostrar los paralelismos a los que hacía mención anteriormente. La gracia del Rey es infinita y los súbditos lo aclaman como aclamaban a los Princeps romanos mientras recibían el trigo proveniente de la annona y se recreaban en el circo o en el coliseo.

EL PAN

Hablar hoy de distribución gratuita de grano en nuestra sociedad superindustrializada, superconsumista y sobresaturada de miles de productos diversos para comer, beber, lavar, ociar, etc. puede parecer algo irrisorio, pero el paralelismo histórico es esto, un paralelismo, no una traslación mecánica de unidades.

En todo caso debe servir para ilustrar un dato actual, que España tiene una deuda pública oficial de 1.2 billones (97’9% del PIB) y una Deuda total (Suma de de deuda pública, empresas públicas, empresas y particulares de 2,14 billones (173’6 % del PIB), de este conjunto 883.000 millones (41’2% del total) están en manos extranjeras.

¿En que utiliza este dinero?

Las exigencias actuales de los ciudadanos en los países imperialistas para mantener el consenso social no son de grano, hoy son de unos servicios “sociales” (escuelas, guarderías, universidades, hospitales, residencias de ancianos), unas considerables infraestructuras que además de propiciar los negocios, juegan un papel fundamental en la profusión del ocio (campos, pabellones y piscinas deportivas, y cada vez más macro- complejos de ocio) con promoción de un ocio con variantes cada vez más estrafalarias, todo este conjunto que asegura un consenso social, está “manido” con una retahíla de subsidios, subvenciones, y créditos fáciles,

… la annona moderna.

Toda esta política se sostiene con recursos en buena medida por impuestos, muchos de ellos consecuencia de la manera de enriquecer las rentas de este Estado a costa del “intercambio desigual”, pero la cuestión es mantener los niveles esenciales para que no se pare dicho “carrusel”, y si interesa se recurre al endeudamiento adicional. Aunque en esta reciente época dicho conjunto tuvo un añadido que lo incremento, cual fue la reposición de los déficits del capital financiero, propiciando de paso el hundimiento maquiavélico de las Cajas, como entidades semi-públicas, para regalarlas a la Banca, previo saneamiento, para mayor gloria del capital y banqueros tradicionales.

En definitiva, provocando por tal de mantener el statu quo, que España como un Estado de los de más alta renta, ha sido el que ha tenido el mayor incremento de su endeudamiento global, respecto al momento previo a la crisis de 2008.

Uno se pregunta ¿por qué el capitalismo voraz dedica más del 100% de su PIB a endeudarse para distribuir la annona? ¿o es que el capitalismo no es tan voraz?

No nos equivoquemos, el coste económico del soporte político siempre ha sido muy alto, claro que se ha compensado con los frutos del saqueo permitido y apoyado por los llamados ciudadanos de la metrópoli imperial. ¿Cual es actualmente el origen y las formas de este saqueo? ¿De dónde proviene?

Sabemos que en la antigüedad greco-romana, las guerras de dominio proveían de fondos por la vía tributaria, para mantener las estructuras de la metrópoli. Hoy aparentemente ya no existen países que deban pagar un tributo, o por lo menos no se conoce por este nombre aunque los mecanismos de recaudar tributos tienen nombres: Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Club de París,… y para cobrar las deudas u obligar a contraerlas existe la OTAN, y recientemente también Empresas de mercenarios que destruyen y asesinan a gran escala por encargo.

Los mecanismos son algo más sutiles, no mucho más, uno de ellos muy hablado como algo ajeno a los ciudadanos de las metrópolis imperialistas, es la Deuda. Deuda externa la llaman cuando se refiere a países que no pertenecen a las sociedades imperiales. Porqué en su caso la posesión de sus endeudamientos está mayormente en manos extranjeras.

En las metrópolis se habla de la cuestión de los distintos niveles de endeudamiento, en los países dependientes o neo-colonizados, se habla del “problema de su Deuda externa”, porqué desde las metrópolis la cuestión es asegurar su cobro y los emolumentos que representa la carga de sus intereses. Convirtiéndose en un problema su posibilidad de cobrar a raíz del saquero que se realiza a través del “intercambio desigual”.

Dicho mecanismo no es simple, opera a través de diversas formas o facetas fundamentalmente:

  • Una de tradicional que es forzarles a una política de producciones o extracciones de recursos, tradicionalmente del sector primario (agricultura y minería), controlando los precios de adquisición desde unos “mercados” que están situados en los centros imperialistas (Nueva York, Londres, Frankfurt, Tokio, Hong Kong) y en otro plano, pero con similares resultados Shangahi, determinación de precios que empobrece cada vez más dichos países, lo que deriva en mayor necesidad de endeudamiento para mantener los niveles productivo
  • Otra también típica, las producciones extensivas o de alto índice de consumo energético; manufactura (en especial textil) y la siderurgia, donde la caracterización es el bajo valor añadido de los productor en relación comparativa a los enormes costes de las infraestructuras que precisan dichas producciones, infraestructuras que en muchas ocasiones provienen de los países imperiales que se las venden obligadas, para

admitir sus exportaciones de manufacturas, con lo cual se produce otro desequilibrio en el intercambio.

  • Y la más contemporánea es el control y/o imposición de las condiciones financieras, que en definitiva derivan de las anteriores, los tipos de interés en que se establecen los créditos que determinan Deuda en los países imperiales son a bajos tipos de interés, salvando algunos episodios tempor Por contra los endeudamientos de los países dependientes se establecen a mayores porcentajes, bajo el argumento de que al no ser “solventes” hay que “cubrir un mayor riesgo”, provocando con ello que la escasa rentabilidad neta de sus producciones, que es el resultado de la renta restante después de que la multinacional de turno haya transferido sus rentas a las metrópolis, dicha menor rentabilidad no es suficiente para cubrir el coste de la Deuda, que son sus intereses y su amortización periódica del capital, cual hipoteca perpetua de dependencia y de desaparición de la soberanía económica, y que conlleva también la política.

Pero si por si acaso alguien discute el modelo, las tropas de la “Comunidad Internacional” volverá a reponer las cosas en su sitio, previa devastación y asesinato masivo de dichos pueblos. Todo manido con informaciones manipuladas a los habitantes de las metrópolis de que la culpa de tenerlos que escarmentar es de ellos mismos o de quien los capitanea en la rebelión contra el Imperio. Todo ello sucediendo con la pasividad masiva de las metrópolis, que por convicción de querer asumir dicho papel de “ciudadanos de Roma” o de adormecidos por las prebendas que suponen vivir con el provecho del “intercambio desigual”.

Provocando la paradoja de que la relación Deuda / PIB es superior en los centros imperiales que en los países dependientes y en especial en África y además con la particularidad de que esta deuda en la UE, EE.UU., Japón, etc. crea riqueza, mientras que en África crea pobreza.

Además en las metrópolis, cuando precisan dinero para cubrir las solicitudes de sus ciudadanos, acuden a los mismos ciudadanos o entidades que los articulan a nivel de ahorro (Bancos y Fondos) para pedirles prestado y si conviene a sus propios Bancos Centrales, o a otras metrópolis cuyos préstamos se establecen en condiciones de más o menos igualdad; los Estados no imperialistas, subordinados a las metrópolis, no pueden acudir a sus ciudadanos simplemente porqué no tienen recursos ahorrados, ni a otras sociedades en sus mismas condiciones porque tampoco tienen, entonces no les queda más que acudir a los centros imperialistas a solicitar dinero o enfrentarse a una posible rebelión de sus propios ciudadanos cuando las carencias rozan la pobreza o la supervivencia misma en algunas ocasiones.

En ambos casos la Deuda tiene una componente bipolar, por un lado se trata de disponer de unos recursos constantes para distribuir la annona y por otro lado tener los instrumentos necesarios de represión cuando  esta annona se vuelve deficiente. básicamente en estos dos polos se desarrolla la deuda. (Diríamos, simplificando que los déficits presupuestarios provienen de aquellas actividades que no aportan nada tangible a la riqueza nacional: gastos de las fuerzas represivas y gastos onerosos llamados políticas sociales, que en todo caso tienen una significación meramente política creadora de consenso y represora del disenso).

Josep Cónsola. Enero 2020.